¿QUIERES UN HOMBRE PODEROSO A TU LADO, QUIERES UN HOMBRE CONSCIENTE Y AMOROSO COMO COMPAÑERO? RELÁJATE EN TU SABIDURÍA FEMENINA
El otro día una Anciana Chamana me contó una historia…
Me contó cómo, durante los años que había vivido con los aborígenes australianos, había aprendido el arte de la feminidad observando el juego de lo masculino y lo femenino.
Contaba que allí las mujeres y los hombres eran muy conscientes de su especialismo para el bien común de la tribu. Cuando el trabajo requería fuerza, las mujeres les pedían a sus hombres que les llevaran la leña, que les movieran los muebles, que arreglaran los caminos…
Mientras ellos trabajaban, ellas los elevaban con sus palabras de admiración. Les hacían crecer dándoles su espacio, les hacían brillar permitiéndoles ser hombres. Y si ellos estaban conectados con su polaridad masculina, ellas podían relajarse en la suya femenina. Todo estaba en orden.
Me pareció una historia preciosa, me hizo reflexionar sobre cómo las mujeres nos hemos desviado de nuestra esencia.
Ahora las mujeres, muchas veces por necesitad, nos hemos vuelto duras, exigentes, frías, intransigentes, masculinas. Nos es difícil pedir y aceptar ayuda. Nos es difícil dejar que nos cuiden y a la vez lo anhelamos profundamente.
Seguramente las circunstancias que han rodeado a varias generaciones de mujeres, han hecho que nos volviéramos más independientes y autosuficientes. Unas porque nos sentíamos oprimidas por los hombres, otras porque hemos tenido que educar y mantener a nuestros hijos solas, otras porque creíamos que era la única manera de sobrevivir…
Hemos decidido inconscientemente suplir el lugar de los hombres, hemos cultivado nuestra parte masculina, hemos potenciado la acción, la dirección, la competitividad, la ambición. Nos hemos vuelto fuertes, pero no desde el poder de lo femenino, no desde nuestra esencia profunda, sino desde el miedo. Sacando nuestra parte más agresiva y dura.
Nuestro anhelo es el de ser cuidadas, protegidas, amadas con totalidad, queremos una pareja que nos haga sentir seguras, un hombre al que admirar, pero nuestros actos crean una realidad totalmente diferente a la que queremos.
A diferencia de las Diosas, nosotras levantamos muebles, troncos y cualquier cosa que se nos ponga por delante… y luego nos quejamos que lo tenemos que hacer todo solas.
Queremos un hombre a nuestro lado, pero si ese lugar ya está ocupado, él no tendrá más remedio que acoplarse a un lugar más femenino. Así funciona la ley de la compensación.
Luego le castigaremos por ser demasiado frágil, por no protegernos, por no tener dirección, por creer que le falta acción… pero vuelvo a repetir; Ese aspecto ya está ocupado por nosotras.
Y ahí está la locura; Queremos y necesitamos admirar a nuestra pareja, pero en vez de ayudarle, en vez de dejarle su espacio para que pueda brillar y sacar todo su potencial, en vez de sonreírle para que se pueda elevar, hacemos todo lo posible para bajarlo al barro y apagar su luz.
Sé que es una cosa inconsciente, pero ya es hora de que las mujeres despertemos de ese sueño.
¿Quieres un hombre poderoso a tu lado, quieres un hombre consciente y amoroso como compañero?
Relájate en tu sabiduría femenina. Abandónate en tu esencia de mujer.
Está bien saberte cuidar y también dejarte cuidar, saberte proteger y dejar que te protejan, ser autosuficiente y permitir la fragilidad, ser independiente y dejarte caer en el no hacer, amarte y dejarte amar en calma…
Ese es el verdadero poder. Saber hacer las cosas y al mismo tiempo estar conectada a tu inteligencia femenina para intuir cuándo hacerlo tú y cuándo dejarle el espacio a tu pareja.
Nos hemos olvidado de vivir en la Feminidad, nos hemos desconectado de nuestra esencia femenina.
Echamos de menos poder relajarnos en nuestra esencia femenina pero como hemos perdido ese camino, lo exigimos fuera. Le reclamamos a nuestra pareja que sea masculino para poder encontrar el camino hacia el corazón, para poder relajarnos en nuestra feminidad sin darnos cuenta que exigimos al otro lo que nos toca crear a nosotras.
CUIDA TU MUJER INTERIOR, ESCÚCHALA, SIENTE QUÉ NECESITA DE VERDAD, POTENCIA TU NO HACER, TU SIMPLEMENTE ESTAR, LA RECEPTIVIDAD, LA CREATIVIDAD, LA SABIDURÍA.
Cuánta belleza hay en el arte de la feminidad…
Maite Domènech